No parece difícil narrar un evento que se compone de acontecimientos que van más allá de lo interesante y rayan en lo intenso. Por lo mismo, no considero que sea difícil describir mi experiencia en el Encuentro Nacional de Empresarios 2014 (ENADE). Lo complicado será resumir tantos sucesos importantes que acontecieron. La colas de vehículos en calles aledañas al Hotel Camino Real comenzaron a formarse alrededor de una hora antes de iniciarse la actividad. Los estacionamientos estaban llenos y los camiones pertenecientes a empresas televisivas guatemaltecas, se apoderaron de más de la mitad de la calle. La cola peatonal era larga, pero avanzaba bastante rápido. Al ingresar al hotel, entacuchados escaneaban el código de barras de cada entrada. Empresas patrocinadoras se apoderaron del lobby con sus stands de promoción y daban la bienvenida a casi 3,000 empresarios al salón de convenciones. Digo empresarios porque ese es el participante ideal en la actividad que desde hace 11 años organiza la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA). Los principales invitados son personas integrantes del sector privado que tienen la capacidad de darle un giro a la situación actual en Guatemala. No soy empresaria, no soy el asistente ideal que ENADE buscaba, no obstante, salí de la actividad bastante asombrada.
30 minutos pasada la supuesta hora de inicio, con algunos de los asistentes de pie en el fondo del salón, arrancó la actividad. Comenzó con dos videos que narraban algunos de los muchos problemas que Guatemala enfrenta día con día en cuanto a seguridad y violencia. Con la intención de introducir e impactar a los asistentes, dieron a conocer estadísticas alarmantes de hechos delictivos en el país a través de los años. José Miguel Torrebiarte, vicepresidente de FUNDESA, fue el encargado de dar la bienvenida a Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti, Arístides Crespo, José Arturo Sierra, ministros, diputados, secretarios, magistrados, cuerpo diplomático, prensa y demás. Tituló la actividad como Guate en paz con toda seguridad. “Nuestro objetivo de hoy no es que sintamos desesperanza con lo que nos provocan estos testimonios, y tampoco, por otro lado, que nos volvamos indiferentes. Nuestro objetivo es que pongamos un “hasta aquí”. Expresó Torrebiarte en su discurso de introducción. Lo hizo muy bien, de memoria y con firmeza. Es una persona correcta y culta a quien tengo el agrado de conocer personalmente.
Hubo tres participaciones que, en lo personal, se llevaron el premio de favoritos. Sin ningún orden en particular, Luis Felipe Valenzuela fue el primero, liderando un panel honesto y crudo, que logró sacar unas cuantas risas del público. Cuatro personalidades de la política guatemalteca conformaron el panel; Mauricio López Bonilla, Ministro de Gobernación, José Arturo Sierra, Presidente del Organismo Judicial, Thelma Aldana, Fiscal General y Blanca Stalling, Directora General del Instituto de la Defensa Pública Penal. Su manera de liderar el panel no fue únicamente genial sino completamente acertada. Conozco a Luis Felipe; lo considero un tipazo. Conozco su forma de ser, pero nunca pensé que diera un giro tan inesperado a un evento que yo percibía como estrictamente formal. Le aplaudo por ello. “Sé que acá hay diputados, y yo los exhorto a que hagan un buen trabajo” expuso Valenzuela y se llevó el aplauso del público. Resultó ser un excelente mediador, sin pelos en la lengua. Las respuestas de los cuatro participantes del panel a casi todas las preguntas que formuló Valenzuela, se reducían a un denominador común; no hay fondos. ¡Así es! No hay fondos para dar seguimiento a más de un millón de casos sin resolver por parte del Ministerio Público. No hay fondos para gasolina de las patrullas de la Policía Nacional Civil (PNC). Pero sí hay fondos para que trabajadores del gobierno, algunos recomendados por el Presidente y Vicepresidenta, se conduzcan en vehículo (preferiblemente del año) con seguridad y gasolina brindados por el Estado. ¿Hasta dónde llega la injusticia?
“¿Qué necesitamos? Infraestructura.” Aclaró López Bonilla. Hizo saber a los asistentes que por primera vez en la historia, el Director General de la PNC es un policía de carrera, licenciado en Ciencias Políticas y con una maestría en Investigación Criminal. Dicha aclaración le valió una interrupción de aplausos por parte del público. Sus palabras fueron acertadas; se basó sobre todo en hechos y estadísticas y no en falsas promesas. Me hubiese gustado hacerle un par de preguntas al finalizar la actividad, pero por cuestiones de tiempo, solo pude saludarle, cruzar un par de palabras y despedirme.
Mi segundo favorito fue Oscar Naranjo, ex director de la Policía Nacional de Colombia y reconocido en 2010 como el Mejor Policía del Mundo. ¡Vaya condecoración y vaya discurso! “Yo le decía a los policías, usted es policía o es delincuente, porque no existen policías delincuentes” Una de las tantas frases de Naranjo que se robaron el aplauso del público, siendo quizás el expositor que más interrupciones de aplausos tuvo a lo largo de su discurso. También se llevó la aceptación de muchos cuando expuso que bajo su punto de vista “el que la hace la paga”. No le dio vergüenza comentar acerca de los más de 2,000 colombianos delincuentes extraditados. No solo habló sino aconsejó, al igual que mi tercer favorito (del cual hablaré más adelante). Y más que aconsejar, me dio gusto saber que delante de mí, Otto Pérez y Roxana Baldetti estaban recibiendo una bofetada –figurativamente hablando–. Lastimosamente no fue una acción literal. Aún así, me bastó con saber que hubo quien tuvo los pantalones de pararse en lo alto del estrado a decirles lo que están haciendo mal. Seguramente ellos ya lo saben, pero se siente bien cuando alguien tiene el coraje de decirlo en público y a la cara.
Mi tercer favorito fue el agasajado de la noche; Rudolph Giuliani. Fue alcalde de Nueva York por siete años y fue nombrado personaje del año por la revista TIME en el 2001. Expuso tantos pensamientos acertados que es difícil decidir cuáles sacar a colación. Habló de su experiencia y de sus vivencias, y aconsejó en cuanto a cómo lograr los cambios que Guatemala necesita. He decidido enumerar las frases o citas de Giuliani que me parecieron más relevantes.
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Our goal in America, in Guatemala, isn’t to end crime. Nobody can end crime, but to control it.
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Nuestro objetivo en los Estados Unidos, en Guatemala, no es poner fin a la delincuencia. Nadie puede poner fin a la delincuencia, pero sí controlarla.
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If you have a corrupt police department, you can’t beat crime and therefore you have a corrupt society.
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Si tienen un departamento de policía corrupto, no podrán poner fin a la delincuencia y por lo tanto tendrán una sociedad corrupta.
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If you want to reduce crime, you have to correct your prosecutors, your courts and your prisons.
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Si desean reducir la delincuencia, deben de mejorar a sus fiscales, sus tribunales y sus prisiones.
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When you ignore the small crimes, they become big crimes. My ‘broken window policy,’ means zero tolerance.
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Cuando se ignoran los crímenes pequeños, estos se convierten en crímenes más grandes. Mi ‘política de la ventana rota’ significa tolerancia cero.
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People ask me what should come first. Working on law enforcement or social programs? First: law enforcement.
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La gente me pregunta que debe de ser lo primordial. ¿Trabajar en el cumplimiento de la ley o en programas sociales? Primero: el cumplimento de la ley.
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You can do this, Guatemala. I did it; Colombia did it. You’re a country of well-educated people, people of pride.
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Ustedes pueden lograrlo, Guatemala. Yo lo hice, Colombia lo hizo. Son un país de gente educada y llena de orgullo.
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Communicate with your indigenous people. You can learn from them, they can learn from you.
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Comuníquense con sus pueblos indígenas. Ustedes pueden aprender de ellos tanto como ellos pueden aprender de ustedes.
Sin duda, hubo otros expositores interesantes que no mencioné. A algunos les fue imposible sobresalir, considero yo. Quique Godoy se encargó de moderar un panel acerca de seguridad ciudadana, en el que participaban un experto en seguridad del Banco Mundial y un experto en seguridad urbana. No puedo emitir juicio acerca del panel, pues estuve presente diez minutos y los temas sacados a colación me fueron indiferentes. Me topé con un grupo de funcionarios del sector privado. Intercambiamos palabras, comentarios y demás. Fuimos al bar del hotel, huyéndole a la claustrofobia que provocaba asomarse al salón de convenciones. Nuestra escapada no duró más de una hora, pues casi me obligué a regresar a escuchar la breve exposición de López Bonilla.
ENADE tiende a finalizar con las palabras del Presidente de la República y esta no fue la excepción. Otto Pérez se asomó al estrado pasadas las 19:00 horas. Comenzó con un discurso que no se asemejaba a los que acostumbra a dar, pero terminó cayendo en sus típicas palabras. Sin embargo, no fue su discurso lo que más llamó mi atención, sino la cantidad de gente que abandonó su asiento justo cuando el Presidente se aproximaba al micrófono. Según me mencionaron, algo semejante le sucedió a Álvaro Colom una de las veces que a él le tocó dar fin a ENADE.
Colom no se hizo presente en ENADE 2014, pero a quien sí vi fue a su ex esposa Sandra Torres, quien –literalmente– se puso azul. Abandonó el lugar justo después de que el Presidente concluyó con sus palabras de clausura. Su falda, saco y zapatos azules, se escurrieron por medio de la masa de gente que intentaban evacuar entre los estrechos corredores. Pasó relativamente desapercibida, pero alcancé a ver a uno o dos reporteros que lograron una foto de la ex primera dama.
